Nuestra Orden Mercedaria fue fundada por San Pedro Nolasco el 10 de Agosto de 1218, en Barcelona, España. Inspirados por María de la Merced, nuestra Madre, nacimos con la misión de "visitar y liberar a los cristianos que, por circunstancias adversas a la dignidad de la persona humana, se encuentran en peligros de perder la fe".
Por más de cinco siglos, hemos desplegado nuestra misión redentora y evangelizadora en muchos lugares del mundo donde la libertad estuvo amenazada y la fe condicionada. En América acompañamos desde 1493 las primeras expediciones evangelizadoras, buscando siempre descubrir para liberar a los hermanos que encarnan las nuevas formas de cautividad. Un gesto de Nolasco marcó nuestra consagración: estar dispuestos alegremente a dar la vida, si fuese necesario, por los hermanos en riesgo de perder su fe.
Nuestra llegada evangelizadora a la Argentina fue fundada en Santiago del Estero, el 6 de enero de 1593. Desde aquel momento religioso y laicos seguimos el ideal redentor de Pedro Nolasco, formando una fraternidad que experimenta en la vida diaria, el fruto de la Redención que Cristo nos regaló con su entrega.
El Hombre que supo arriesgar: Pedro Nolasco, el futuro fundador de la Orden Mercedaria, nació a finales del siglo XII cerca de Barcelona. Siendo mercader su profesión, los continuos viajes de negocios le ponen en contacto con la pura realidad del cautiverio de los cristianos en poder de los musulmanes. Aquel rico y audaz empresario que había surcado los mares y cruzado tierras y reinos de moros y cristianos no pudo resistir el triste espectáculo de dolor y cadenas que contemplaban sus ojos y decide cambiar la razón social de la empresa: no se ocupará ya de la fácil ganancia sino del hermano cautivo que, herido en su dignidad de persona, llora la libertad perdida;
y por la libertad de los cautivos jugará fuerte y arriesgará hasta desprenderse de toda su fortuna. El Fundador de la Merced Nunca fue tan rico como cuando nada tenia ya que su gesto redentor impresiona a cuantos le conocen y no tardan en unírsele otros jóvenes que ponen a disposición no sólo sus bienes, sino también sus personas; con ellos organizará todos los años redenciones de cautivos. Y cuando les fallan los medios económicos acuden a un método todavía no inventado: el de pedir públicamente limosna en las iglesias. Y en esta tarea continuará hasta que, movido por una inspiración divina, fundad el 10 de agosto de 1218 la Orden de la Merced con carácter religioso-militar. Con el respaldo del rey D.Jaime I de Aragón y en presencia del obispo D.Berengue de Palou, Pedro Nolasco y sus primeros compañeros emiten, delante del altar mayor de la catedral de Barcelona, su profesión religiosa consagrándose por completo a Dios y al servicio de los cautivos. El rey entrega al hospital de santa Eulalia como residencia oficial y confía a sus desvelos los pobres, enfermos y peregrinos de aquel centro benéfico asistencial.